La experiencia de jugar en East Lake
El campo de golf donde creció y se formó Bobby Jones recibe esta semana al Tour Championship, torneo que define la FedEx Cup del PGA Tour.
En febrero de 2016 se confirmó mi regreso a Augusta para presenciar el Masters. Esta vez que lo habíamos planeado con más tiempo, quería intentar jugar en East Lake Golf Club. Tengo una especial adoración por Bobby Jones, y sentía que debía visitar su casa y conocer un poco más lo que fue su club.
El primer intento no fue bueno, ya que escribiendo al Club recibimos la respuesta que esa semana no había tee times disponibles, lo que fue una gran decepción. Como consuelo, habíamos conseguido Atlanta Athletic Club (donde Keegan Bradley ganó el PGA Championship en 2011), pero en mi interior sabía que no era suficiente. Una cosa es jugar un gran campo como AAC, y otra es entrar en un museo como es East Lake.
Pero luego milagro ocurrió. Un día en la oficina, se me ocurrió escribirle a un amigo member de Oak Hill Country Club (PGA Championship 2013) para ver si conocía a alguien y resultó que, a los 15 minutos, teníamos horario para jugar en East Lake 9:28 AM. Felicidad absoluta, pero también debíamos decidir qué hacer con AAC, y la optamos por caminar 36 hoyos luego de 10 horas de vuelo. ¡Valía la pena el esfuerzo!
Salimos el 31 de marzo de Ezeiza para aterrizar 6 AM del primero de abril en Atlanta. Una vez que vimos que los palos llegaron, buscamos el auto y, de ahí, directo a East Lake donde llegamos aún de noche y con una leve llovizna a las 7 de la mañana.
Luego del check in en el club, lo primero que hicimos fue ir al vestuario donde teníamos asignados nuestros lockers, los mismos que usan los 30 que clasifican al Tour Championship. Dentro del lugar, entre cuadros, fotos, tarjetas enmarcadas y mucha más memorabilia, nos dimos cuenta que estábamos en un verdadero museo. Y lo que sucede en East Lake es que cada empleado conoce perfecto la historia del club y cualquiera de ellos te puede hacer recorrer el club contándote anécdotas y pedazos de historia. Fuimos llevados a un vestuario especial, separado para los ganadores del Tour Championship con su propio locker.
El desayuno ya nos mostró que además de muy buena gastronomía, el club tiene capacitados a todos sus empleados para hacer sentir a los visitantes como en su casa. El amable mozo que nos atendió mientras esperábamos ser servidos nos contó algunas historias y nos mostró algunas de las piezas de colección, como la tarjeta de la última vuelta de Bobby Jones que se encuentra enmarcada en uno de los pasillos del club. Y desde el mismo club house nos señalaba el lugar desde donde Bill Haas pegó ese memorable approach desde el agua para ganar la FedEx Cup en 2011. Y en algun lugar vimos la frase que claramente señala el espíritu del club: “Golf with a purpose”.
Llegó la hora del golf: el campo estaba húmedo por la lluvia y los robles aún no habían florecido por el duro invierno que habían tenido, pero igual sentimos que estábamos ante una verdadera joya. Los greens de bermuda enana volaban y presentaban un estado inmaculado, por lo que teníamos asegurado un lindo desafío.
Ayudados por un excelente caddie, caminamos junto con un amigo de la zona esos 18 hoyos jugando un partido para darle un pequeño incentivo e intentar jugar más concentrados. Y en cada hoyo Charlie (el caddie) tenía algo especial para contarnos. Y se le iluminaban los ojos cuando nos relataba cada una de sus vivencias. Por ejemplo, en el hoyo 6 (el 15 durante el recorrido de este año, el green isla más viejo de USA) nos mostró el tee desde donde juegan los profesionales y realmente intimida. Cuando llegamos al 9 (el par 5 que fue el 18) sabíamos que no lo íbamos a poder jugar porque estaban terminando de repararlo, pero lo pudimos caminar y la vista del segundo tiro al green es posiblemente el mejor tiro del campo. Fue un gran acierto haber rotado los recorridos para sumar emoción.
Llegamos al 11 y nos encontramos con una placa del hoyo en 1 de Bobby Jones y la emoción ya era alta. Entre 12 y 15 (lo que fue la ida en el Tour Championship 2016) estás en el lugar más alto del campo y se ven los altos edificios de Atlanta, que en la ida no se ven por lo alto de los árboles. Y estaba claro que lo que más queríamos ver era el lugar del tiro de Bill Haas, y créannos que no se ve la parte superior de la bandera, una locura lo difícil que era, y ante tamaña presión vimos uno de los mejores tiros de la historia del evento.
Para sintetizar lo que es el campo, podemos decir lo siguiente: un clásico parkland, con greens muy complicados de leer y de extrema velocidad, mucho dogleg que hace necesario manejar los dos efectos con el drive y donde tirar desde el fairway, evitando el durísimo rough de bermuda es una enorme ventaja.
Terminada la vuelta almorzamos en el club y fuimos mostrados todo el club house, sus salones, los recuerdos y la verdad que es lo más cercano que estuve a un museo de golf. Bobby Jones es un ícono, quizás el mejor jugador de la historia y cada rincón del club lo recuerda.
A la tarde, y cansados, jugamos Atlanta Athletic Club antes de manejar a Augusta, pero lo especial había sido esa mañana. East Lake podrá no ser el mejor campo, el diseño más novedoso ni el más pintoresco, pero es un pedazo de historia que dio gusto y orgullo visitar. Y verla por TV esta semana habiendo estado ahí lo hizo aún más especial, porque uno recuerda los tiros propios cuando ve a los mejores jugar ahí y ve la diferencia que hay con ellos.
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Comentarios
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Gaston Martinez02/09/2020 12:18Gracias por compartir estas historias para quienes no tuvimos la suerte de visitar estos lugares tan especiales.
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