Jugar en Playa Grande (Mar del Plata) es inigualable. Si todavía no lo conoces, o tienes ganas de rememorarlo, no te pierdas este artículo con secretos, anécdotas y mucha historia.

El Mar del Plata Golf Club es uno de los Clubes Fundadores de la Asociación Argentina de Golf y uno de los más tradicionales de Sudamérica. Tiene dos campos: “Cancha Vieja”, conocida como “Playa Grande” (donde también hay 6 hoyos de la llamada “Cancha Chica”) y “Cancha Nueva” (también conocida como “Tulsa”). Es en particular su campo ubicado en Playa Grande el que encierra un encanto y una tradición única en Latinoamérica. No será el más competitivo del continente, ni el más difícil, ni el de mejor mantenimiento, pero tiene esa aura que lo hace especial, como en Escocia lo es el Old Course de St Andrews.

Los mejores golfistas argentinos han pasado por ahí, e incluso muchos han crecido allí en la época en que los porteños se pasaban tres meses de veraneo en Mar del Plata. En sus primeros años, muchos de los socios de Playa Grande provenían de Buenos Aires, principalmente de los clubes Golf Club Argentino, Jockey Club Argentino, San Isidro GC, San Andrés GC y Hurlingham Club. Con el paso de los años la proporción de socios cambió: hoy la mayoría son jugadores locales, residentes en Mar del Plata. Aun así, quienes crecieron jugando aquí mantienen un afecto y pasión por este campo que no puede ser comparable con ningún otro en la región.

Lo que no ha cambiado nunca -ni cambiará- es lo que genera jugar en Playa Grande, ya sea una vuelta de amigos, alguno de los abiertos que hay durante el año, el nuevo torneo por equipos creado por el Club que se realiza en octubre, o el mismísimo Abierto del Sur con los profesionales. Jugar aquí es algo especial. El gran desafío: clavar el tee en ese extraordinario par 4 que es el hoyo 1, que un día con viento a favor puede resultar inofensivo, pero si sopla viento en contra, 5 será un excelente score.

Imágenes aéreas de Mar del Plata Golf Club tomadas en 2018

¿Qué es lo que hace de Playa Grande un lugar único?

1) Su arquitectura y diseño. 18 hoyos del campo principal, más 6 hoyos de campo chico en poco más de 20 hectáreas, con mucha variedad de diseño: 5 pares 3 que deben ser lo mejor de Argentina. El movimiento de terreno natural ayuda mucho y la creatividad con que fueron concebidos los greens hablan de un genio del diseño como Juan Dentone. Una obra de arte. Es cierto que en el golf moderno el campo ha quedado corto y puede parecer indefenso, pero un día de viento hasta los mejores del mundo pueden tener que batallar para hacer los 70 golpes del par de campo. Sus muy veloces greens, todos con caída marcada hacia el mar, deben ser los mejores de Argentina y posiblemente los más rápidos.

2) Su competitividad. Nunca será un campo de 7200 yardas ya que literalmente no hay lugar para agregar mucho más de las 6100 yardas que tiene hoy. Aun así es competitivo y muy divertido. Todos los años el campo alberga el Abierto del Sur y si el clima no acompaña puede convertirse en una de las pruebas más difíciles de Sudamérica hasta para los mejores golfistas. Imposible olvidar la última vuelta de 1997: ante un fortísimo viento sur sólo Rubén Álvarez bajó el par (68). Luego el mejor score fue el aficionado Manuel Maglione (73) y el tercer mejor score fue el 75 del ganador Ángel Cabrera. Ese día Playa Grande se lució.

3) El clima. El viento hará de Playa Grande un campo distinto cada día. Un ejemplo de ello es el viento en contra en el 8 de 130 yd tirando hierro 6 y, a la vez, usando un PW en el 12 de 180 yd.

El hoyo 10 es uno de los mejores par 4 cortos de la Argentina

El temor que genera el viento de izquierda a derecha en el 3 o en el 4 es inigualable: sólo queda rezar para evitar el fuera de límites. No se puede dejar de mencionar el segundo tiro del hoyo 6, aún sin viento, donde desde 100 yardas hasta el más apto puede hacer un desastre si el lie no es bueno. Uno de los más lindos lugares es el tee del 10, esperando para tirar drive al green mirando a Playa Grande y los muchos surfers que practican el deporte junto a la escollera. Y no se puede negar la adrenalina que se siente parado en el tee del 15 cuando hay mucho viendo en contra y se tiene que enfrentar esos 3 pares 4 seguidos. Y por último, y no menos espectacular, pararse en el 18, viento en contra, y tener que volar el Port Arthur con el imponente club house de fondo, una de las clásicas postales de la cancha. Y en cualquier green del campo, un putt barranca abajo y viento a favor puede ser el desafío más grande para cualquier golfista.

El golpe de salida en el hoyo 18 con la magistral imagen del club house de fondo

Playa Grande es, fue y será la Catedral del Golf Argentino, el campo más tradicional, el más especial y donde todos querrán jugar una y mil veces. Y nunca dejará de ser un campo competitivo y divertido. Los días sin viento será más fácil hacer score, pero cuando sople, hacer un buen score será complicado, sin importar la evolución de la tecnología tanto en los palos como en las pelotas.

Si aún no has jugado en Playa Grande, no dudes en hacerlo cuanto antes. Y si no lo haces seguido, hazlo. Hay pocos campos en el mundo con el aura y la tradición que tiene Playa Grande. Sin dudas es un lugar que debería ser visitado por todos.