Mundial Amateur 1994: Tiger Woods y un campo especial
Fue la única edición del World Amateur Team Championship en la que participó el 15 veces ganador de Majors; el equipo que representó Argentina estuvo compuesto por Martín Travella, Martín Lonardi, Francisco Alemán y Ariel Cañete.
Martín Travella fue uno de los mejores amateurs de Argentina durante la década del 80 y 90 junto con Fernando Chiesa y Francisco “Paco” Alemán. Surgido del Olivos Golf Club y dueño de una poderosa pegada pero también de un gran toque, se destacó entre jugadores de muy buen nivel en esos años.
Tuvo la suerte de jugar tres mundiales amateurs consecutivos, y en uno de ellos junto con Paco Alemán, Martín Lonardi y Ariel Cañete compartieron competencia con Tiger Woods, en lo que fue su única participación en 1994, en Le Golf National de París, diseño de Robert Von Hagge (Buenos Aires Golf Club) y de la Ryder Cup 2018.
A continuación, Martín nos comparte un resumen del Mundial de aquel año.
La Copa Eisenhower es, en muchos casos, la vidriera mundial de los amateurs. Para muchos es el último torneo antes de pasar al golf profesional; una tendencia que ha crecido mucho en los ultimos años. Uno mira los equipos argentinos de los últimos 20 años y, casi todos, han pasado al profesionalismo, algunos de ellos ganando en los principales tours del mundo.
Desde Ben Crenshaw, Nick Price, Colin Montgomerie, José María Olazabal, Rory McIlroy a Jack Niclaus y Tiger Woods, muchas destacadas estrellas del golf profesional han disputado el Eisenhower Trophy, y es siempre un orgullo para los amateurs que compartimos campo con alguno de ellos poder contar nuestras vivencias.
Le Golf National, que recibió al Mundial Amateur 1994, es la habitual sede del Open de France y donde se jugó la Ryder Cup 2018.
Tiger Woods participó en sólo una edición del World Amateur Team Championship, que se jugó en Le Golf National, en París, en 1994, luego de ganar su primer U.S. Amateur en TPC Sawgrass (previo a esta victoria hilvanó tres triunfos en el U.S. Junior Open). En ese Mundial tuve el privilegio de representar a Argentina por segunda vez luego de la experiencia de 1992, en Vancouver, Canadá. El equipo argentino tenía sólo un cambio con respecto al conjunto que compitió en Canadá: estaba presente el ascendente Ariel Cañete en reemplazo de Fernando Chiesa.
Otro de los factores que hizo fuerte mi experiencia fue el campo de Le Golf National, ya que yo había trabajado en el Buenos Aires Golf Club, y las similitudes entre ambos campos eran notables. Creo, incluso, que tanto a Paco como a mi nos daba una ventaja en cuanto a poder interpretar cómo jugar cada hoyo.
Hoy, con el paso del tiempo y la meteórica carrera de Tiger, me pone frente a una vivencia que fue, es y será única. Haber pisado los mismos fairways y greens durante una competencia de semejante relevancia, seguro es uno de los tesoros que guardaré como el eterno amateur que soy.
Tiger Woods, la gran estrella del campeonato, recientemente había ganado el U.S. Amateur en TPC Sawgrass.
Nuestro equipo era Ariel Cañete (en una vuelta de práctica la embocó desde 190 yds. en el hoyo 7, un par 4 espectacular y era quizás la aparición más notoria entre los jóvenes, con un swing y un impacto de pelota envidiables) Francisco Alemán (casi lo pisa a Tiger en el vestuario, era de mi generación y además de comenzar sus pasos en el periodismo también había participado en el Buenos Aires Golf Club) y Martin Lonardi (había hecho su carrera universitaria en USA compitiendo allá, fue mi compañero de habitación y padeció los miles de cigarrillos que fumaba en esa época). Completaba el equipo nuestro súper capitán: Roberto “Cope” Benito, con quien vivimos una anécdota para recordar. Cope había jugado el Mundial de 1960 en Merion y tuvo el honor de estar cuando descubrieron la placa en homenaje a Bobby Jones en el 11 de ese campo.
La anécdota que nos involucra a Cope y a mí fue durante uno de los días de competencia. Resulta que yo estaba en el campo de práctica calentando mi swing, había poca gente y en la gatera de atrás mío estaba Tiger, con quien habíamos cruzado sólo un saludo y un: “¿Te gustó el campo? ¿Qué te pareció?”, y su corta respuesta fue: “Yes, awesome”, en un tono bastante amable. Llegó Cope a verme practicar y al cabo de un par de consejos y una charla ocasional, se quedó callado mientras yo seguía pegando tiros. Uno, dos, cinco golpes y nada. Levanto la vista y, claro, lo estaba mirando a Tiger quien en ese instante, también alzó la vista y un poco desafiante, con la mirada le dijo a Cope que lo deje de mirar a él y me siga mirando a mí. Ya pintaba una estrella, celoso de que alguien analice su swing pero, quizás también, mostrandole a Cope que lo importante era focalizarse en su jugador más que en el swing de un joven amateur de 18 años.
Han pasado 26 años, sigo jugando al golf con la misma pasión e ímpetu competitivo y ese momento es uno de los recuerdos más fuertes de mis competencias en el exterior.
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